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Una buena intención que termina mal

Foto del escritor: Contador Público MéxicoContador Público México

Las historia y leyendas de miedo comienzan en lugares inimaginables y poco a poco se van convirtiendo en precisamente eso leyendas o historias que van agregando o restando acontecimientos al relato original convirtiéndolas así en cuentos que la gente va pasando de ciudad en cuidad, generación en generación y, por que no; hasta de país en país.


Bueno por todas estas razones, he decidido contar y dejar un antecedente de lo que fue mi historia, la cual; podría para muchos sonar como algo que no tiene precedente en este mundo terrenal o quizá para muchos de ustedes no cause el mismo terror que yo sentí, pero al final cuando lean o escuchen esta anécdota de mi vida. Ustedes serán los que tengan la ultima palabra.


Todo comienza el día que decidí llegar a la oficina antes de lo habitual, déjenme darles un poco de contexto: Trabajo en un despacho de contadores desde hace poco más de un año y para los que conozcan esta rama sabrán que siempre hay algo que hacer y cuando se juntan la presentación de impuestos con algún otro pendiente puede llegar a ser la muerte.


Bueno pues justo en esa situación me encontré yo, una recién egresada con pendientes hasta el techo y la presión de presentar los impuestos mensuales.


Decidí llegar al despacho con varias horas de anticipación a la habitual, mi jefa aceptó abrir antes para que una de mis compañeras y yo pudiéramos comenzar a trabajar inclusive antes de que amaneciera. Desafortunadamente, mi compañera no llego a la hora prevista u mi jefa tenia reuniones que no podía posponer. Acepte quedarme sola creyendo que esto seria como un día más de trabajo.

Grave error…


Mientras ocupaba mi lugar hice la rutina de todos los días, preparé mi café y encendí el equipo para no perder mas tiempo y comenzar a trabajar. Mientras todo esto sucedía comencé a escuchar ruidos raros cerca del almacén, me pareció curioso, pero en su momento no le di importancia.


Mientras transcurrían los minutos los sonidos se hacían mas y mas fuertes, descubrir muy a mi pesar que eran voces. Estaba muy preocupada que alguien pudiera haber entrado sin autorización y pese a toda aversión tuve que ir a investigar.


Me dirigí a la puerta que conectaba con el almacén y abrir deliberadamente, cual fue mi terror al descubrir que ahí no se encontraba nadie.

Mientras revisaba las puertas y lugares donde creía que algo podía haberse escondido la puerta cerro de golpe y comencé a estuchar voces mas y mas cerca, pero sin lograr encontrar nada ni nadie a la vista.


Los minutos pasaban y las voces se combinaban con golpes y cosas que caían, así que corrí a esconderme a un pequeño cuanto de escobas. Dentro de aquel lugar se escuchaba cada vez mas y mas el ruido del exterior a tal grado que algo estaba golpeando la puerta de donde me encontraba escondida, puedo asegurarles que por un momento creí que me estaba volviendo loca.


No podía más, estaba segura que en cualquier momento lograría abrir la puerta y ese seria mi final.


Poco a poco la fuerza de el exterior se fue disminuyendo y comencé a ver un poco de luz que entraba por debajo de la puerta anunciándome que la obscuridad de la madrugada comenzaba a extinguirse.


La puerta del almacén se abrió. Pegue un brinco impresionante y mi corazón nuevamente volvió a latir con mucha intensidad, sentí como las pisadas recorrían todo el lugar hasta llegar al lugar donde yo estaba escondida la pueta era jalada para abrirse y yo puse toda mi fuerza para que esto no sucediera.


Finalmente, me rendí, creí no poder mas con todo lo que estaba sucediendo y si algo me iba a pasar en ese momento yo iba a permitirlo   porque puedo asegurarles que yo ya estaba muy cansada.


Al abrirse la puerta lo que me recibió afuera definitivamente no me lo esperaba, era mi supervisor que no entendía que estaba pasando y yo trataba de explicarle, pero no lograba si quiera unir una frase completa.


Mientras me ayudaba a calmarme comencé a relatar lo que me paso, el dudo que lo que estuviera diciendo fuera real por que fuera de ese escondrijo con escobas no había ni el mínimo vestigio de cosas fuera de su lugar.


Mientras mas compañeros iban llegando a trabajar comenzaban a relatar sus pequeñas historias de sustos dentro de ese lugar y tengo que aclarar que ninguna era tan espelúznate como la mía, sin embargo, si había varios sucesos paranormales dentro de este recinto desde tiempos inimaginables.


Después de este terrible suceso no volví a ser la misma y puedo asegurarles que no volví a poner un pie dentro de aquella oficina.



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